Luego de esa exquisita aventura con Fabian en los baños de la universidad, comenzamos a sentarnos juntos todos los días, yo siempre le pregunté si es que no le molestaba o algo, pero él decía que le gustaba, así que prosiguió. Aveces en clases tomaba mi mano y se la llevaba a su gran arma cargada, la adrenalina de que alguien nos viera hacía que mi bestia se aferrara aún más a su arma, otras veces mi bestia me hacía hacer como si algo se caía y al recogerlo posaba toda mi boca sobre sus muchos buzos pitillos donde se encontraba su arma, con mi bestia nos encantaba hacer eso, porque Fabian se estremecía. Así pasaron los días y las semanas, ambos provocándonos, mi bestia quemándose en el fuego de Fabian, no habíamos concretado nada porque con la vuelta a clases después del paro estábamos llenos de trabajos y pruebas, todo así hasta ese viernes en el foro. Fabian llegó ese viernes con una polera de cuello en v, blanca y ajustada (como es habitual) mostrando su hermoso torso trabajado, y...
Relatos de mis experiencias.