Volviendo de mi placentero viaje en los aposentos de mi tío Sergio tenía que regresar el miércoles a la universidad, no estaba muy contento, mi bestia y yo queríamos seguir por más días alimentándonos de lo que mi tío podía darnos, pero recordé a Fabian, mi flaitecito, mi más placentera fantasía cumplida.
Ese miércoles vuelta a clases llegué muy temprano, quería sentarme junto a Fabian, y así fue, me senté en la penúltima fila de la sala y cuando llegó Fabian (quien estaba vestido con un buzo nike apitillado y un chaleco, el cual se notaba que no tenía nada más abajo), se acercó a saludarme, le dije que le estaba cuidando un puesto, tenía más confianza en lo que tenía con él y mi bestia me ayudaba. Fabian sorprendido miró hacía donde estaban sus amigos y me dijo "bueno hermano", me saludó con la mano y de beso en la cara y mi cuerpo se estremeció, mi bestia tenía una sed enorme de Fabian, le sonreí de vuelta y me dijo para callado "igual como que te extrañamos hermano" mirando hacia su paquete, mi bestia gritaba por dentro pero yo solo me sonrojé y tendí a reírme. Empezó la clase y no podía concentrarme, me di cuenta que era mala idea sentarme con él, pero mi bestia tomaba un gran control de mí cuando él estaba presente, no lo paraba de mirar, Fabian estaba sentado sobre una pierna y se pasaba la mano por debajo del chaleco sobre su marcado y jugoso abdomen, de un momento a otro me miró y me paralicé, sus ojos llegaron directo a los de mi bestia, sonrió, me dijo "sígueme", se paró y salió de la sala, esperé un momento intentando disimular, mi bestia quería que corriera, así que me paré y salí de la sala.
Teníamos clases en el denominado "Mall", un sector con muchas salas en su interior y unos cuantos pasillos que las conectaban. Al salir estaba Fabian parado al lado de la puerta, me hizo una seña con la cabeza diciéndome que lo siguiera, no decía nada y no necesitaba, mi bestia estaba ardiendo, sabía que sería alimentada. Fabian entró al baño, y ahí recién pude percatarme de lo que quería, así que fui lo más discreto que pude, por suerte el baño estaba vacío si no era por un tipo en el lavamanos, que debo decir tenía un bonito y parado trasero. Fabian pasó a la zona de las cabinas de baño y se dirigió a la cabina final, cerró la puerta así que entendí que debía entrar a la que estaba al lado, eso hice y ahí pude apreciar un agujero entre las dos cabinas, un denominado "Glory Hole", y ahí sin decir nada, vi aparecer el arma de Fabian, mi bestia ya tenía todo el control de mí, me senté sobre la tasa de baño y comencé a darle placer a mi flaitecito, lo hacía con tantas ganas, había pasado tiempo de la última vez y tanto mi bestia como Fabian lo sabían, intentaba meter el menor ruido posible, la adrenalina de ser descubiertos hacía la acción aún más placentera, a ratos tiraba la cadena para intentar pasar lo más desapercibidos posibles, escuchaba como Fabian contenía sus gemidos, su respiración no era muy baja, yo solamente seguía, a ratos se escuchaba gente entrar a las otras cabinas e intentaba detenerme, pero mi bestia era más, ella no temía ser descubierta, necesitaba su alimento. Seguía en mi trabajo, la espada de Fabían estaba siendo afilada por mi boca, usaba mi lengua como nunca y la metía toda en mi boca, incluso cuando mi nariz era aplastada contra la pared de la cabina, de repente sentí como Fabian golpeó fuerte la pared de la cabina y llenó mi boca de su elixir, mi bestia saboreaba cada gota, tragué lo que era vital para mi bestia y me paré, abrí la cabina y entró rápidamente Fabian, cerró y comenzó a besarme muy apasionado, yo ardía en el infierno del placer, él sabía muy bien como besar, agarraba mi cabeza con una fuerza que me volvía loco, me miró y me dijo al oído "no hagai' ruido hermano", me volteó, bajó mis pantalones y con la ayuda de su saliva introdujo de un golpe su preciada espada, el dolor era mucho, pero la adrenalina del momento no me dejó quejarme, ahí estaba yo, con mi flaitecito, con mi Fabian, en un baño de la universidad que hizo que nos conociéramos, cumpliendo mis fantasías y los placeres de él. Fabian empujaba con tanta fuerza, como nunca lo había hecho, era muy bruto y rápido, me afirmaba de la cintura y sentía sus dedos hundirse en mi fuertemente, la situación y el miedo nos tenía a full, mi bestia perdía sus casillas, estaba al máximo, yo me afirmaba de la pared y sin poder quejarme sentía la agitada respiración de Fabian en mi oído, a ratos me mordía la oreja aumentando mi placer y la locura de mi bestia, me subió el chaleco y la polera que llevaba puestos y luego sacó su arma y disparó en mi espalda intentando no gemir, soltó un ardiente "ah" que hizo ensordecer a mi bestia, con una mano afirmaba mi chaleco y polera contra mi espalda y al momento del climax sentí como su dedo se hundía con potencia, mi bestia ardía en llamas en ese momento. Sacó confort de su bolsillo, limpió mi espalda y su disparada arma, me enderecé y me volvió a besar con pasión, me miró, hizo con la cabeza el gesto "no" y salió rápidamente de la cabina, la cerré y me senté.
Mi bestia había sido alimentada y estaba saciada por el momento, pensé en la locura que acabábamos de cometer, me paré, salí de la cabina, todo sudado me mojé en el lavamanos, Fabian ya no estaba en el baño; para no levantar sospechas, fui al kiosko, me compré una bebida y volví a la sala, al entrar me senté rápidamente y puse la bebida sobre la mesa, Fabian me miró, soltó una pequeña risa y me escribió en el cuaderno "puta que me calentai' hermano", me reí y borré lo que había escrito.
El día siguió normal, tuvimos dos clases solamente, así que al final me despedí de él y ésta vez, yo, desde la bestia le dije "aún quedan más", sentí que se sorprendió, me miró y levantó una ceja.
Cuando llegué a mi casa y mientras me duchaba, me masturbé pensando en lo que había pasado, mi bestia necesitaba llegar al climax definitivo, cuando abrí Facebook vi que me había escrito un mensaje, en él decía "La volaita hermano oe', espero que se repita", le respondí un simple ";)", me recosté y aún seguía pensando en la suerte que tenía de vivir eso con Fabían, mi flaitecito.
Ese miércoles vuelta a clases llegué muy temprano, quería sentarme junto a Fabian, y así fue, me senté en la penúltima fila de la sala y cuando llegó Fabian (quien estaba vestido con un buzo nike apitillado y un chaleco, el cual se notaba que no tenía nada más abajo), se acercó a saludarme, le dije que le estaba cuidando un puesto, tenía más confianza en lo que tenía con él y mi bestia me ayudaba. Fabian sorprendido miró hacía donde estaban sus amigos y me dijo "bueno hermano", me saludó con la mano y de beso en la cara y mi cuerpo se estremeció, mi bestia tenía una sed enorme de Fabian, le sonreí de vuelta y me dijo para callado "igual como que te extrañamos hermano" mirando hacia su paquete, mi bestia gritaba por dentro pero yo solo me sonrojé y tendí a reírme. Empezó la clase y no podía concentrarme, me di cuenta que era mala idea sentarme con él, pero mi bestia tomaba un gran control de mí cuando él estaba presente, no lo paraba de mirar, Fabian estaba sentado sobre una pierna y se pasaba la mano por debajo del chaleco sobre su marcado y jugoso abdomen, de un momento a otro me miró y me paralicé, sus ojos llegaron directo a los de mi bestia, sonrió, me dijo "sígueme", se paró y salió de la sala, esperé un momento intentando disimular, mi bestia quería que corriera, así que me paré y salí de la sala.
Teníamos clases en el denominado "Mall", un sector con muchas salas en su interior y unos cuantos pasillos que las conectaban. Al salir estaba Fabian parado al lado de la puerta, me hizo una seña con la cabeza diciéndome que lo siguiera, no decía nada y no necesitaba, mi bestia estaba ardiendo, sabía que sería alimentada. Fabian entró al baño, y ahí recién pude percatarme de lo que quería, así que fui lo más discreto que pude, por suerte el baño estaba vacío si no era por un tipo en el lavamanos, que debo decir tenía un bonito y parado trasero. Fabian pasó a la zona de las cabinas de baño y se dirigió a la cabina final, cerró la puerta así que entendí que debía entrar a la que estaba al lado, eso hice y ahí pude apreciar un agujero entre las dos cabinas, un denominado "Glory Hole", y ahí sin decir nada, vi aparecer el arma de Fabian, mi bestia ya tenía todo el control de mí, me senté sobre la tasa de baño y comencé a darle placer a mi flaitecito, lo hacía con tantas ganas, había pasado tiempo de la última vez y tanto mi bestia como Fabian lo sabían, intentaba meter el menor ruido posible, la adrenalina de ser descubiertos hacía la acción aún más placentera, a ratos tiraba la cadena para intentar pasar lo más desapercibidos posibles, escuchaba como Fabian contenía sus gemidos, su respiración no era muy baja, yo solamente seguía, a ratos se escuchaba gente entrar a las otras cabinas e intentaba detenerme, pero mi bestia era más, ella no temía ser descubierta, necesitaba su alimento. Seguía en mi trabajo, la espada de Fabían estaba siendo afilada por mi boca, usaba mi lengua como nunca y la metía toda en mi boca, incluso cuando mi nariz era aplastada contra la pared de la cabina, de repente sentí como Fabian golpeó fuerte la pared de la cabina y llenó mi boca de su elixir, mi bestia saboreaba cada gota, tragué lo que era vital para mi bestia y me paré, abrí la cabina y entró rápidamente Fabian, cerró y comenzó a besarme muy apasionado, yo ardía en el infierno del placer, él sabía muy bien como besar, agarraba mi cabeza con una fuerza que me volvía loco, me miró y me dijo al oído "no hagai' ruido hermano", me volteó, bajó mis pantalones y con la ayuda de su saliva introdujo de un golpe su preciada espada, el dolor era mucho, pero la adrenalina del momento no me dejó quejarme, ahí estaba yo, con mi flaitecito, con mi Fabian, en un baño de la universidad que hizo que nos conociéramos, cumpliendo mis fantasías y los placeres de él. Fabian empujaba con tanta fuerza, como nunca lo había hecho, era muy bruto y rápido, me afirmaba de la cintura y sentía sus dedos hundirse en mi fuertemente, la situación y el miedo nos tenía a full, mi bestia perdía sus casillas, estaba al máximo, yo me afirmaba de la pared y sin poder quejarme sentía la agitada respiración de Fabian en mi oído, a ratos me mordía la oreja aumentando mi placer y la locura de mi bestia, me subió el chaleco y la polera que llevaba puestos y luego sacó su arma y disparó en mi espalda intentando no gemir, soltó un ardiente "ah" que hizo ensordecer a mi bestia, con una mano afirmaba mi chaleco y polera contra mi espalda y al momento del climax sentí como su dedo se hundía con potencia, mi bestia ardía en llamas en ese momento. Sacó confort de su bolsillo, limpió mi espalda y su disparada arma, me enderecé y me volvió a besar con pasión, me miró, hizo con la cabeza el gesto "no" y salió rápidamente de la cabina, la cerré y me senté.
Mi bestia había sido alimentada y estaba saciada por el momento, pensé en la locura que acabábamos de cometer, me paré, salí de la cabina, todo sudado me mojé en el lavamanos, Fabian ya no estaba en el baño; para no levantar sospechas, fui al kiosko, me compré una bebida y volví a la sala, al entrar me senté rápidamente y puse la bebida sobre la mesa, Fabian me miró, soltó una pequeña risa y me escribió en el cuaderno "puta que me calentai' hermano", me reí y borré lo que había escrito.
El día siguió normal, tuvimos dos clases solamente, así que al final me despedí de él y ésta vez, yo, desde la bestia le dije "aún quedan más", sentí que se sorprendió, me miró y levantó una ceja.
Cuando llegué a mi casa y mientras me duchaba, me masturbé pensando en lo que había pasado, mi bestia necesitaba llegar al climax definitivo, cuando abrí Facebook vi que me había escrito un mensaje, en él decía "La volaita hermano oe', espero que se repita", le respondí un simple ";)", me recosté y aún seguía pensando en la suerte que tenía de vivir eso con Fabían, mi flaitecito.
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